Pequeños hoteles con encanto en OPATIJA

En la denominada Riviera del Adriático se ancla Opatija. Una pequeña ciudad de porte distinguido, transformada en un vergel gracias a su clima mediterráneo suave, al abrigo de los vientos fríos. Sus atributos naturales y los cultivados por sus habitantes a lo largo de los tiempos, atrajeron ya a mediados de siglo XIX un turismo selecto que le ha valido ser conocida como la Bella del Adriático o Vieja dama. Los antiguos grandes hoteles de lujo atestiguan su condición de centro de salud invernal para la aristocracia austro-húngara de la época.

Son legendarios sus jardines y parques, mimados durante siglos con las aportaciones de marineros llegados de tierras lejanas. En su exuberante vegetación conviven castaños con palmeras, cítricos, aromáticas o la camelia japónica.

El espléndido Jardín Botánico de Opatija, con más de 150 especies de plantas exóticas, también aloja la Villa Angiolina de mediados del siglo XIX. Hoy convertida en museo, permite atisbar un fragmento del esplendor pasado.

Opatija se encuentra al noreste de la península de Istria. Una preciosa región salpicada por encantadores pueblos medievales como Groznjan, Motovun o Hum. Rodeados por laderas tapizadas de viña y olivos, en una costa de aguas cristalinas, resulta una delicia recorrerlos. Los hoteles de Opatija en el frente marítimo de la ciudad inciden en la profunda mediterraneidad de este destino.