Pequeños hoteles con encanto en BRATISLAVA

Ciudad histórica al oeste de Eslovaquia, junto a Austria, su legado bien vale al viajero una parada. A orillas del rio Danubio, el notable casco antiguo atesora edificios como la Catedral de San Martin, donde fueron coronados una decena de reyes entre los siglos XVI y XIX. O la Iglesia Azul, sorprendente por su seductor color en estilo Art Noveau.

El Castillo de Bratislava, en la cima de una colina con espléndidas vistas sobre la ciudad y el rio, es imponente. Por un pequeño laberinto de callejuelas empedradas se asciende hasta él. La Puerta de San Miguel, junto al castillo, es uno de los iconos de la ciudad. Su origen data del XIV, pero la fisonomía barroca proviene de su posterior reconstrucción.

La encantadora plaza Hlvne Namestie marca el centro neurálgico de Bratislava. Acoge el Ayuntamiento Antiguo del siglo XIV, hoy Museo de Historia de la ciudad. El Antiguo Teatro Nacional de Eslovaquia, de porte neoclásico, se alza al final de la elegante avenida Hviezdoslav, poblada de animados restaurantes, cafeterías y tiendas. Si bien el Palacio de Grasalkovich, residencia del Presidente del país, no está abierto al público, es posible pasear por sus hermosos jardines.

Con dimensión de ciudad intermedia, Bratislava resulta muy acogedora y de fácil visita. Magníficos edificios históricos reconvertidos en hoteles de lujo ofrecen alojamiento.