Pequeños hoteles con encanto en BATH

Localidad balnearia por excelencia en Inglaterra, en el siglo XVIII se convirtió en destino favorito de la alta sociedad británica. Junto a las aguas termales, teatros y casinos ofrecían un plus de entretenimiento y lujo. La elegante arquitectura de Bath con destacados ejemplos del periodo georgiano, le ha valido ser Patrimonio Mundial por la Unesco.

La escritora Jane Austen encontró inspiración en esta ciudad donde vivió algunos años. Bath hoy le rinde tributo con un centro que lleva su nombre. El casco antiguo pervive vital, con encantadoras plazas y antiguos pubs (alguno incluso se remonta al siglo XVIII), donde degustar una sorprendente selección de cervezas locales.

El florecimiento de Bath tiene su origen en los manantiales de agua caliente, una fuente termal natural que brota a 46,5º única en Gran Bretaña. Las antiguas Termas romanas, con los restos del frigidarium, el caldarium y el tepidarium son de visita obligada. Aunque ya antes los celtas habían descubierto el preciado manantial.

Otro punto emblemático es el Thermae Bath Spa. Un spa histórico con grandes piscinas en pleno centro de la ciudad, e impagables vistas hacia la abadía gótica de Bath. No descuides su interior: las originales bóvedas de abanico son una joya. Situada en el condado de Somerset, a 150 km de Londres, su hotelería de lujo ocupa edificios históricos que aúnan encanto y tradición.