Pequeños hoteles con encanto en ALENTEJO

Si al llegar al Alentejo, en Portugal, descubres que tus sentidos se expanden, es normal: Sus pueblos de casas encaladas de blanco con marcos y franjas en azulete, rematadas por cubiertas de teja árabe, los núcleos amurallados coronados por castillos, y una campiña que preserva su autenticidad, con olivos, viña y cereal, resultan una delicia.

Al sur de Lisboa, esta amplia región alcanza el océano Atlántico y combina un rico legado histórico con bellas playas donde solazarse. Como la de Malhao festoneada por dunas, o las playas de Zambujeira do Mar y sus acantilados. Puedes abordar la costa por el magnífico Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina.

Évora sobresale en el Alto Alentejo como una de las ciudades medievales mejor preservadas de Portugal. En Portalegre, capital de la zona, hechizan las antiguas mansiones barrocas del siglo XVII. Por el impactante conjunto de fortificaciones en baluarte, Elvas fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. En el Bajo Alentejo detente en Beja, su capital, con notable castillo y panorámica sobre el valle del rio Guadiana. O el pintoresco pueblo de Mértola a orillas del rio.

Si eres amante de catar nuevos vinos, la Rota dos Vinhos do Alentejo facilita visitar bodegas. Espléndidos hoteles boutique instalados en antiguas quintas y propiedades rurales en la campiña alentejana ofrecen alojamiento.