Pequeños hoteles con encanto en CASTILLA-LA MANCHA

Estamos en tierra del Quijote. Y como no, en un paisaje donde los molinos de viento con grandes aspas identifican La Mancha. Todavía es posible contemplar una decena en Campo de Criptana sobre un cerro. Tres de ellos, con el mecanismo original del siglo XVI. Otros doce festonean el cerro de Calderico en Consuegra, como digno legado del pasado.

La capital de esta región, en el centro de España, es Toledo. Conocida como la ciudad de las tres culturas, reúne un rico legado musulmán, judío y cristiano. La belleza de las Casas Colgadas, Patrimonio de la Humanidad, sobre la Hoz del Huécar, convierte Cuenca en otro destino excepcional.

Recorriendo la región se descubren perlas aquí y allá. Sigüenza, con sabor medieval, goza de un gran patrimonio monumental, empezando por su castillo. El hechizo de la arquitectura popular tiene un emblema en Alcalá de Jucar, pueblo encaramado sobre el rio, en la comarca de La Manchuela. Las deliciosas plazas mayores porticadas de Almagro, Tembleque o San Carlos del Valle merecen un buen paseo.

Para disfrutar de la naturaleza en estado puro acércate a las Hoces del Rio Cabriel o al Parque Nacional de Cabañeros, dos parajes extraordinarios. Antiguas casas y palacios restaurados alojan pequeños hoteles de ensueño.