Pequeños hoteles con encanto en BRETAÑA

Bañada por el océano Atlántico, es una región marinera por excelencia en Francia. A su perfil de acantilados, islas y playas, se suma el espectáculo indómito de las mareas. Para asistir a este prodigio de la naturaleza, con variaciones de subida y bajada del agua de hasta 13 metros, infórmate de los horarios. La costa bretona se transforma en un nuevo escenario cuando la marea baja y quedan a la vista desde islotes a paseos marítimos.

Los acantilados de Saint Quay Portrieux ofrecen piscinas naturales de agua de mar para bañarse. En las playas de Poluscat, Saint Michel-en-Grève o Paimpol el relax es total. Frente a la última, la isla de Brèhat emerge como un pequeño paraíso.

La capital Rennes es una ciudad vibrante, con intensa vida estudiantil y un patrimonio histórico notable. Cerca del puerto histórico de Saint-Malo, destacan pueblos medievales como Dinan o Fougères con imponente fortaleza. Bretaña es ideal para degustar frutos de mar: mejillones, vieiras de Erquy u ostras de Cancale.

Carnac, uno de los lugares prehistóricos más importantes del mundo con más de 4.000 monumentos entre menhires y dólmenes, es Patrimonio Universal. Las creperías bretonas son una institución y parte de su identidad, tanto para comer salado como dulce. Existen hoteles de ensueño instalados en esplendidos châteaux.