Pequeños hoteles con encanto en BASILEA

Al noroeste de Suiza, y fronteriza con Alemania y Francia, Basilea sorprende con su equilibrada vitalidad y belleza. A orillas del río Rin, recorrer el casco antiguo medieval, repleto de encantadores rincones, te transportará en el tiempo. Tras cruzar alguno de sus puentes, la ciudad vieja, desde la otra orilla, conforma una preciosa estampa.

En la céntrica Markplatz, el ayuntamiento de estilo renacentista, de color rojizo y sugerentes pinturas, no pasa desapercibido. La plaza queda dibujada por un conjunto de magníficos edificios históricos, y aloja un mercado diario de frutas, verduras y flores. Allí también encontrarás la confitería más antigua de la ciudad, la Schiesser de 1870, donde probar el Basler Läckerli, delicioso dulce típico.

Basilea es una de esas ciudades que, con discreción, rezuma cultura. La de su historia pasada, ejemplificada en la catedral gótica que acoge la tumba de Erasmo de Róterdam. Y la del vigor actual con centros como el Museo de Arte de Basilea o la Fundación Beyeler. El Museo de las Culturas es, además, un ejemplo de esa arquitectura contemporánea de primera división que brilla en la ciudad y tiene sus máximos exponentes en el despacho Herzog & de Meuron, de prestigio internacional.

Ciudad rica en fuentes de agua cristalina, descolla la dinámica Fuente de Tinguely. El artista suizo imaginó en 1977 nueve figuras de hierro que bailan propulsadas por chorros de agua en un estanque.